Umberto
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RG by Umberto in Action!!! - 2010/05/07 10:49
Bueno, pues tras varios días "fustacando" sargos, era hora de buscar algo de calidad.
Ayer por la tarde, la mar ESTABA. 
Para no estar muy a tono, la cosa no fue del todo mal. Empecé fallando dos tiros a bocajarro con el rg... mal asunto. Siempre pasa igual. Cada inicio de salida tengo que seguir "creyéndome" que el chisme dispara recto siempre. El tercer tiro no fue muy bueno, siguió siendo algo alto pese a la distancia del tiro y a lo precipitado por la aparición fugaz del aparato, pero ya fue suficiente. Detrás vinieron otros diez o doce tiros. Todo aciertos. Y la mayoría a sargos que se alejaban de la rompiente, algunos a cuatro metros o un poco más. Ni un fallo. Era tan fácil como encuadrar y apretar el gatillo. Realmente es una gozada el chisme. Aún no sé cómo sigue dándome las prestaciones que me da con la cantidad de operaciones que le llevo hechas. Creo que el pobre está esperando a que saque los nuevos para pedirme la jubilación.
De momento, aguanta perfectamente y sin ningún problema. Ya sólo pesco con él, y lo más importante, sólo lo llevo a él, incluso en salidas que me llevan a patas muy lejos. Eso significa confianza absoluta en toda la configuración del fusil  . Es una de las cosas que más tiempo me llevó.
Lamentablemente, la pieza gorda del día apareció cuando aún no estaba "afinado" y casi la cago pero bien... 
Me pasé las primeras horas haciendo acechos a lo largo de carreros y pegado a barras en el fondo, no más de diez o doce metros. Acechos largos intentando adivinar lo que podía aparecer unos metros más adelante. La visibilidad era buena, así que se podía anticipar bastante bien la aparición de las piezas. Al final de un carrero que desembocaba en una gran explanada de arena, veo cruzar una silueta familiar... De la parte alta de la barra, también al final de ella, veo dos ejemplares más marchar hacia delante algo nerviosos. Cuando estaba llegando al final del carrero y la explanada se va abriendo veo un espectáculo como pocas veces. Sobre un gran claro de arena, varios dentones pululaban cerca del fondo, mientras un banco de obladas se encontraba apretujado y nervioso entre dos aguas. Calculo que habría unos seis o siete dentones de entre dos y tres kilos. El acecho había sido largo, ya iríamos camino de los dos minutos, no había mucho tiempo para hacer una espera larga y ponerse a elegir el ejemplar. Así que encuadré uno que estaba enfrente de mí, de perfil, a unos cuatro metros. Estaba perfectamente encuadrado, sólo faltaba el click, cuando de repente, por mi derecha intuí tres "bultos" plateados  Dos casi se me posan encima, aunque ni siquiera me fijé un seg. en ellos. Tenía que mover el arma demasiado y podría ahuyentarlos. Me centré en el grande que entró por la derecha y que sólo tenía que girar el arma unos 45º grados. Antes de iniciar el giro, y en cuanto decidí ir a por él, se giró, se dió justo la vuelta para volverse del canal del que apareció. Tuvo que ser un tiro instintivo, pistolero total, un tiro sarguero, vaya. Salió un tiro perro, perro, perro, perro, altísimo. Afortunadamente lo cosió sin problemas y el bicho se quedó en el hilo. Empezó el rodeo. Si hice un disparo fatal, la retención fue para nota. Conduciéndole lejos de la piedra sólo al final, cuando iba lanzado y con un poco de tensión le desviabas de la trayectoria, dejándole casi suelto cuando cruzaba el claro de arena donde no podía hacer nada. Así cuatro o cinco vueltas hasta que se cansó notablemente y poco a poco lo fui subiendo. Le dí un abrazo de colega, le enseñé el snake y pa casa.
Los demás tiros ya fueron centrados de cojones, indiferente a la distancia de tiro.
"¿Parábola? ¿Y qué coño es parábola?" 
Cuatro kilates justos...
Envio editado por: Umberto, el: 2010/05/07 12:03
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